sexta-feira, 2 de novembro de 2012

Zona Autónoma


Zona Autónoma: Territorio asambleario de la auto-gestión de lo común y lo multitudinario. El fin del Capital-Estado y de todos sus dispositivos ampliados: massmediáticos y empresario, legislativo y ejecutivo, judicial y militar, educativo y sanitario. Todos ellos aparatos de captura de la vida, que no hacen más que manipular y absorber, controlar y disciplinar, recluir y reprimir, formatear y reparar, al sujeto social que alimenta y reproduce la “Matrix”. Una forma de comando universal que separa al emisor del receptor, al productor de lo hecho, al  que vota del que lo representa, a quien ordena del que obedece, al reo del juez, al sometido bajo la amenaza armada, al “sin luz” del educador, a la enfermedad de la cura. La autonomía no es una fuga personal y grupal autocomplaciente, una práctica que es renuente a la crítica, que hace un dogma de todo lo valiosamente realizado por el campo de la autonomía. Tampoco es un movimiento que se subdivide en grupos y endogrupos, despreciando cada uno a los integrantes del otro. Descalificándose entre compañeros/as que hasta ayer, todos ellos, se consideraban los hombres y las mujeres del cambio social. El peor de los narcisismos, porque proviene de los que aspiran a ser mejores. La Zona Autónoma es un territorio, que por supuesto se asienta, pero que va mucho mas allá, del propio espacio físico de cada poder popular. Un área donde no gobierne el salario y el mercado, al mismo tiempo que gobierna una forma política anticapitalista y asamblearia. Un rizoma diseminado local, nacional y mundialmente. Con capacidad de articulación material y no solo simbólica. Un reticulado cosmopolita con nodos autónomos diseminados por el planeta, antagonizando la lógica de la representación de la mercancía fuerza de trabajo. Una Zona Autónoma internacional, que supere la resistencia global al capital y pase a la ofensiva construyendo, aquí y ahora, el anticapitalismo.
em: DICCIONARIO POSFORDISTA 

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